Seguramente no es nuevo decir que el hábito de fumar es una de las peores cosas que puedes hacer por tu salud. Tampoco decir que además del monóxido de carbono y la nicotina, los cigarrillos contienen más de 70 sustancias tóxicas que pueden dañar tu salud de muchas maneras. Sin embargo, para tenerlo presente, vale la pena repasar cinco de ellas presentes en los cigarrillos.
- Alquitrán: Este compuesto es uno de los más tóxicos y cancerígenos encontrados en los cigarros. Se adhiere a los pulmones y puede causar cáncer de pulmón, bronquitis y enfisema. Al paso por las vías respiratorias superiores, también las puede afectar derivando en cáncer de garganta lengua u otros de la cavidad oral.
- Formaldehído: Este producto químico utilizado en la fabricación de productos de construcción y en la conservación de tejidos, también se encuentra en los cigarrillos. Es un cancerígeno conocido y puede aumentar el riesgo de cáncer de nasofaringe y de mama.
- Arsénico: Este elemento tóxico se encuentra en los fertilizantes utilizados en la producción de tabaco, y puede causar daño en el corazón y los vasos sanguíneos, además de ser un cancerígeno por sí mismo.
- Plomo: Este metal tóxico se encuentra en los filtros de los cigarros y puede causar daño en el cerebro y el sistema nervioso, así como problemas de aprendizaje y comportamiento.
- Amoníaco: Este compuesto químico se utiliza para acelerar la liberación de nicotina en los pulmones. Sin embargo, también puede irritar las vías respiratorias y causar problemas respiratorios como asma y bronquitis.
La American Cancer Society advierte que el término “vapor” o “vapeador” pretende hacer ver esta práctica como inocua cuando en realidad no lo es. Andrés Zamorano, presidente del Comité Nacional para la Prevención del Tabaquismo (CNPT) en España lo dice de forma muy ilustrativa: “Nos quieren vender que tirarse de un tercer piso es mejor que tirarse de un décimo“.
El proceso de calentamiento de una sustancia hasta el punto de un aerosol hace que las partículas contenidas en él sean de un tamaño tan pequeño que puedan llegar hasta los alvéolos o estructuras donde se lleva a cabo la oxigenación de la sangre y dañarlos irreversiblemente. Mucho más luego de exposición habitual o concentrada como por ejemplo cuando se toma el hábito de utilizar estos cigarrillos electrónicos.
Además de la nicotina como sustancia altamente adictiva, cancerígena por sí misma y causante de problemas cardiovasculares, el aerosol de los cigarrillos electrónicos o mal llamados vapeadores, pueden contener:
- Compuestos orgánicos volátiles: muchas de estas de carácter desconocido por no estar reguladas o expresas en los preparados que se llevan al aerosol, pero que pueden resultar en irritación crónica de los ojos, la nariz y la garganta, dolores de cabeza y náuseas, y pueden causar daño al hígado, el riñón y el sistema nervioso. Son, por ejemplo, propilenglicol, glicerina o metales pesados como el plomo que en partículas muy muy pequeñas llegan directamente a los alvéolos pulmonares que es donde se realiza el intercambio de oxígeno con la sangre.
- Productos químicos saborizantes: Estos compuestos agregados para mejorar la presentación de los productos pueden tener químicos como el diacetilo, el cual ha demostrado asociación con el desarrollo de bronquiolitis obliterante (una enfermedad pulmonar grave). En general, que todos los saborizantes son tóxicos en mayor o menor medida.
- Formaldehído: Este químico causante de cáncer en diversos órganos del cuerpo se puede formar durante el proceso de calentamiento de las sustancias empleadas en los cigarrillos electrónicos o vapeadores.
Dejar el hábito de fumar es difícil pero no estás solo. Es importante saber que los cigarrillos electrónicos o vapeadores si son una puerta de entrada de los jóvenes a la adicción a la nicotina y no son una ayuda para dejar de fumar o dejar precisamente esta adicción.